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31 de marzo de 2013

Takashi Miike mantiene el espíritu Samurai vigente en el cine


Cuando uno piensa en una película de guerreros Samurai es dificil sacarse de la cabeza el primer nombre que nos viene a la mente: Akira Kurosawa. Será por sus obras maestras como Ran    o Los Siete Samurais, o Jojimbo. Sin embargo muchas de esas películas han sido filmadas hace 40 años y han quedado en la órbita del cine clásico. Y es que como la temática de los Samurai despierta sumo interés y ha sido eje central de muchas películas más modernas por así decirlo, pocas han logrado trascender. Y en este plano se encuentra Takashi Miike quien a través de la adaptación de dos viejos clásicos, ha superado a las versiones originales logrando un resultado superaltivo. El primer caso es el de 13 Asesinos, adaptación de la cinta del mismo nombre dirigida por Eichi Kudo en 1963. La historia se basa en 13 Samurais que se reúnen para vengar la mutilación de una joven campesina a manos del sr Feudal Naritsugu, un hombre despiadado y sin ningún tipo de escrúpulos  cuya posible ascensión al poder significaría la ruina para Japón toda vez que entre otras cosas, su idea es terminar con los tiempos de paz y hacer de la guerra la principal herramienta para la dominación.



El otro caso es el de "Harakiri", también una adaptación o remake de la película homónima de Masaki Kobayashi de 1962.  En este caso es más bien una remake de la original sin demasiados cambios y más bien una versión modernizada de la original, la cual para muchos es considerada una de las mejores películas japonesas de todos los tiempos. Deseando morir con dignidad, Hanshiro, un Samurái sin recursos, solicita realizar el ritual de suicidio en la residencia del clan Li, cuyo director es Kageyu, un guerrero obstinado. Intentando que cambie de idea, Kageyu le cuenta la trágica historia de Motome, un joven ronin que llegó solicitando lo mismo. Ambas cintas tienen la belleza y la magia del cine de artes marciales en su forma más pura y elegante, de manera cuidada y artística. No esperen aquí una simple combinación de puños, patadas y cruces de katanas sino más bien una historia, un mensaje y una excelente filmación.
Lo cierto es que Takashi Miike ha logrado revivir este género y modernizarlo, y sobre todo con una mirada oriental que porsupuesto es mejor apreciada que cintas como "El Ultimo Samurai" por poner algún ejemplo. Esperamos que más remakes de este genero sigan apareciendo para que quienes no conocieron este cine puedan descubrirlo.

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